Se conocieron en 1980, cuando trabajaron juntos por vez primera en la Ópera de Houston. Era un “Trovatore” que estaba programado con Raina Kabaivanska, Michail Svetlev, Stefania Toczyska y Lajos Miller. La primera canceló y en su lugar llegó Renata Scotto, con las ínfulas que siempre tuvo. Nada más aterrizar quiso ser ella la directora de escena de una producción preciosa, pero tuvo enfrente un regista de los que no se arredran, sino que se crecen. La confrontación fue total y ella, que contaba con la ventaja de su fama, exigió que se echase al director de escena. El intendente preguntó al director de orquesta qué estaba sucediendo y éste le contó las ansias de Scotto por hacer lo que le daba la gana y que pensaba que, si había que prescindir de alguien, habría de ser de la soprano. Así fue y, al final cantó Lou Ann Wyckoff.
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