MIGUEL A. GÓMEZ-MARTÍNEZ

Prensa

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Sólo somos polvo de estrellas


Sólo somos polvo de estrellas

2016-02-07

Perdonen el titular, que, con su permiso, podría ser mío. A veces tengo alguna hora suelta y buena. Lo cierto es que es bien cierto lo de arriba. Por lo pronto, la verdad. «Polvo somos y en polvo nos convertiremos».

Y ahora me viene a la cabeza que hace muchos años estuve a punto de escribir los diálogos de una película. Teníamos por aquel entonces una productora ruinosa que se llamaba Paraguas Films. Estaba en la calle Españoleto del barrio de Chamberí. Manuel Summers era el presidente y la consejera delegada una niña recién llegada que se llamaba Pilar Miró. Luego, con el tiempo, llegó a ser directora general de Televisión Española. El caso es que Manuel hizo lo del polvo de estrellas y un servidor, en la ‘tele’, aquella en la que había un regidor, abajo en el estudio, que se llamaba Forges. De hecho, se sigue llamando así. Y acaban de hacerle doctor de una universidad madrileña. Con su birrete y todo...

Me viene –que ya es lo único que me viene– a la memoria –que es una palabra con la que hay que tener mucho cuidado– la alegría de saber que han hecho, y con todo merecimiento, director de la Orquesta de Radio Televisión Española a un paisanico nuestro –con el que a lo mejor almuerzo el martes– que se llama Miguel Ángel Gómez y se merece todo lo que haya que merecer. Lo conozco y admiro desde hace tanto tiempo… No es la primera vez que hablo de él en nuestro periódico, que el otro día le dio recuadro de primera, porque su nombramiento era una muy buena noticia.

Enhorabuena don Miguel, que además tiene usted el nombre granadinísimo del santo patrón de las almencinas, creo.

Granada es cultura y aquí hay otra prueba: Miguel Ángel, por el que no pasan los años, ni falta que hace. Y si es que sí, pues es para mejorar. Y lo dice uno que ha conocido personalmente a monstruos de la talla de Von Karajan, Odón Alonso o Ataulfo Argenta… Pero no quiero hacer más larga la lista. Lo que sí debe quedar claro es que lo de Miguel es una gloria para Granada y su provincia. Un recuerdo desde aquí para su madre, que ya no está entre nosotros, pero que desde el cielo maneja la batuta de nuestro maestro.

Y no podemos olvidarnos del marido granadino de la rubia preciosa de la ‘tele’, la mejor presentadora de la mágica, en la uno, la Igartiburu. Sería hermoso, si fuera posible Ane, que está tan bella preñada –se le nota suavemente– que trajeras la buena esperanza a Granada para parirlo, que está demostrado que es lugar donde están las mejores pilas de bautismo antiguas del mundo entero.

En fin, Granada musical… Me aseguran que están buscando sitio para lo que se podría llamar en su día la Casa de los Habichuela, que ya hay tres generaciones, quizá cuatro, de los mejores en lo que a la sonanta se refiere.

Es como lo del jueves pasado, el acto de la entrega de las medallas y distinciones de nuestro Ayuntamiento en un día, me dicen, de gloria para Granada y sus pueblos. Otra buena jornada que me pierdo. Menos mal que está nuestro periódico para contarlo, con esa primera página que te alegra las meninges… 

Polvo de estrellas somos, dice el sabio experto en astronomía, pero es que es cierto. Y más en estos días de San Cecilio que aún estamos celebrando.

Tengo sobre la mesa del curro dos puñados de polvo del Santo. Está en su urna de plata. Es de hace dos años, cuando subí hasta la Abadía más hermosa del mundo sin ningún género de dudas.

Le he pedido la lista de los premiados a Rocío, que ya está en el Senado junto a don Sebastián Pérez, estrella de la política, tanto por su prudencia como por su valor reconocido. Le vi sonriente. A ver si me explico, sonriente, pero serio, los dos sentimientos al mismo tiempo, cuando la Pastor, la ministra de Fomento, dijo aquello de «este año, habrá AVE a Granada ». Sin especificar más, vale. Pero es lo que digo yo: «Menos da una piedra», como decían en mi pueblo, que es, con permiso de Montefrío, uno de los mas bonitos del mundo.

Acabo de escuchar en la radio de toda España, la de Carlos Herrera, cerrando su semana triunfal, aquel verso de don Manuel Benítez Carrasco, a propósito de la dichosa memoria histórica: 

«Tu calle ya no es tu calle, 

Que es una calle cualquiera 

Camino del disparate».

Me perdonará Manuel Benítez Carrasco, que un día me dijo la estrofa en alta voz, en el cortijo de Texcoco, donde el faraón del toreo mexicano.

Él terminaba como era la verdad del verso: «Camino de cualquier parte».

Dejaba siempre Manuel como un sabor de desamor. Como las coplas de Sabina, que son muy buenas, versos formidables… Va a sacarlas en un libro, aunque no he podido confirmar como quería si al final se alquiló aquella casa a la que no quito el ojo y que está al lado de don Manuel de Falla.

Polvo de estrellas, que es lo único que somos porque el mundo es, además, un parque lleno de chatarra sideral, lentejuelas y lentejas. Y anoche, mis queridos Goya. Espero que se haya hecho realidad el deseo de que La novia, con tanto Federico dentro, tenga todos los premios a los que optaba. Siempre Federico, granadinos, que a veces no sabemos lo que tenemos. Por eso me importa bien poco que los Reyes no vayan al Reino Unido, donde iban a asistir al aniversario de la reina británica, noventa tacos y con su sombrero rosa. ¡Sería
tan bueno que nuestros Reyes hubieran acudido a esa cita! Han perdido la ocasión de tomar el té con las galletas que llaman de Gibraltar… Y me viene el recuerdo de aquel día que Fidel, en La Habana, –aseguran que no pasará de este año– repasando una lista que yo le había llevado de parte oficial –no podía decirlo entonces, pero ahora sí porque no me quiero ir de este mundo sin decirlo todo o casi todo en la que se ofrecían los nombres de algunos españoles presos por la Revolución en las cárceles de La Habana. Y recuerdo que fue Castro, con su estrella solitaria, y me dijo asombrado después de oír un determinado nombre y apellido: «¡Pero si este hombre estuvo en el desembarco de Cochinos con los yanquis!». Luego me enteré de que era uno de los comandos listos para asaltar por la noche el Peñón de Gibraltar en una operación que se llamó Muñoz Grandes, pero que nunca se llevó a cabo. Como les ‘cuen’.

¡Me van a hablar a mí de lo vivido y lo callado! Estoy decidido a escribir eso que se llaman ‘mis memorias’. A ver si por fin me pongo a ello. Eso sí, serán en algún sitio de Granada… siempre Granada.

Por cierto, que en el ‘mail’ ese, o en el ‘guasap’ o donde sea, me aparece un envío que es una joya granadina de verdad: es de Rosa, la de Armilla, que responde a un comentario mío en el blog de ayer mismo en el que doy de nuevo su noticia de que vende más discos que casi nadie. Y ella me responde, gracias niña, diciéndome: «¡Ay mi Tico¡ Ya lo sabes, que donde quieras y como quieras nos vemos.

Porque yo voy contigo al fin del mundo¡».

Y lo que me alegra el cuerpo y quiero que se lea por escrito, por que el viento con frecuencia se lleva las palabras dios sabe dónde: que estoy feliz porque le den el premio Pedro Antonio de Alarcón a ese magnífico periodista que es Tom Martín Benítez, con el que trabajé
tanto tiempo en las mañanas de la radio del Sur. Merecido, y él sabe que se lo digo de verdad y con agradecimiento, porque hay que besar la mano que te dio el pan durante un tiempo y que tanto ayudó a que yo pudiera presumir hoy de ser también Medalla de Andalucía.

En fin, que polvo de estrellas dijo el sabio americano y llevaba la razón. Y si no esta misma noche, si no hay celajes, se me asoman a la torre, como se decía en mi tiempo, o en la mitad de la calle y miran hacia arriba: se ve como nos están viendo desde arriba. Es una realidad que no estamos solos. Hay mucho marciano suelto, pero están entre nosotros. Viven en la casa de al lado. Han llegado desde otras estrellas.

Es igual que cuando avisan que bajan los lobos de la Sierra Nevada a la urbe. Claro que sí. Aúllan en la noche y en el día, estén donde estén. Llegaron con sus dones desde los drones… verso de pie obligado.

Y para ir acabando: he dicho que el Palacio de la Zarzuela debía llamarse la Ópera. ¿o es que no estamos en el solo de Felipe de mi alma, y de aquello de la casta y la Susana?

Yo lo dije en alta voz la otra tarde en la ‘tele’ y hoy lo escribo en el periódico más leído de Andalucía entera que es IDEAL, en esta hoja de mi penúltimo invierno: Yo, lo que diga Susana.

CRÓNICAS GRANADINAS

TICO MEDINA CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE GRANADA Y DE LA PROVINCIA